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Videojuegos, oportunidad estratégica para América Latina

De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual

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Romina Gayá, 7 de octubre de 2025

Hace dos décadas, el desarrollo de videojuegos en América Latina era casi una rareza. Hoy, la región se abre camino en una de las industrias culturales y creativas más dinámicas del mundo.

El mercado global de videojuegos superó USD 187 mil millones en 2024, con más de 3.400 millones de jugadores, según datos de Newzoo. América Latina ya representa más del 10% de los jugadores y cerca del 5% de los ingresos mundiales. Su participación en el desarrollo aún es modesta, pero su potencial de crecimiento es significativo.

En un trabajo que realizamos recientemente con Juliana Barrero para el BID, analizamos el sector a nivel mundial e hicimos zoom en la industria de 9 países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay, Perú y Uruguay). Además de revisar fuentes estadísticas y bibliográficas, entrevistamos a más de 60 actores clave del ecosistema latinoamericano, lo que nos permitió identificar con mayor precisión sus fortalezas, debilidades y las oportunidades para mejorar su posicionamiento internacional.

Durante las últimas dos décadas, la industria de videojuegos en América Latina creció en tamaño, madurez y diversidad de proyectos. Actualmente cuenta con aproximadamente 1.800 estudios. Algunos desarrollan propiedad intelectual propia, otros prestan servicios para terceros y muchos adoptan un esquema híbrido que combina ambos modelos. Estas actividades tienden a internacionalizarse desde etapas tempranas y están integradas a cadenas globales de valor. Esto contrasta con los juegos serios y publicitarios, que muchos estudios desarrollan casi exclusivamente para clientes del mercado interno.

En el ecosistema latinoamericano de videojuegos predominan las mipymes. Muchas enfrentan desafíos para escalar debido a la informalidad y las limitaciones de financiamiento, recursos humanos y capacidades gerenciales. Sin embargo, diversas empresas han logrado crecer y consolidarse. Varias ya operan en distintos países de la región e incluso algunas lo hace en el resto del mundo. Algunas de las principales compañías internacionales del sector también se establecieron en América Latina abriendo filiales o adquiriendo compañías locales.

El grado de madurez de esta industria es heterogéneo entre países de la región. Brasil, México y Argentina tienen los ecosistemas más consolidados, que incluyen empresas de mayor trayectoria y envergadura e incluso proveedores de servicios especializados para el sector de videojuegos, como arte, animación, localización, marketing, servicios legales, plataformas de deportes electrónicos, etc. Como se observa en el gráfico, Brasil concentra 59% de los estudios, en tanto que México y Argentina representan 12% y 11%, respectivamente. Uruguay, Chile y Colombia tienen una industria de menor tamaño relativo, pero dinámica y en expansión. De hecho, Uruguay es el país con la mayor densidad de estudios en relación con su población. En Perú, Costa Rica y Paraguay, el sector es más incipiente, aunque también tiene potencial.

Si bien la industria global de videojuegos se desaceleró durante los últimos años, el escenario internacional continúa ofreciendo importantes oportunidades para América Latina. La demanda de servicios de desarrollo y de contenidos creativos sigue creciendo y el modelo de outsourcing global brinda espacio para que los estudios de la región puedan insertarse en cadenas de valor internacionales. A su vez, la profesionalización del sector y la consolidación de empresas latinoamericanas van abriendo camino para la comercialización de juegos propios en las principales plataformas. Sin embargo, también se plantean amenazas como la concentración del mercado global, la saturación de ciertos segmentos y los desafíos tecnológicos que exigen la innovación permanente.

Esta industria en América Latina enfrenta un escenario mixto: cuenta con una base sólida de talento creativo y técnico, costos competitivos y una comunidad de desarrolladores activa y colaborativa. El auge de los eventos regionales, las asociaciones empresariales y la profesionalización de los equipos muestran un sector en evolución. Sin embargo, persisten obstáculos que limitan su crecimiento.

El financiamiento sigue siendo un cuello de botella. Los estudios recurren a fondos propios o trabajo para terceros para sostener su crecimiento. A muchas empresas les cuesta alcanzar acuerdos con publishers y otras no tienen interés en hacerlo, lo cual dificulta la distribución y el éxito de los juegos. Si bien existen algunos fondos gubernamentales, la dependencia de recursos públicos es inferior a la de otras industrias creativas, lo que puede ser una ventaja si logra fortalecer sus capacidades de financiamiento y gestión empresarial.

En los últimos años, varios gobiernos latinoamericanos han comenzado a prestar mayor atención al sector de videojuegos como parte de su estrategia de desarrollo de la economía digital y las industrias creativas. Aun así, las políticas suelen ser puntuales o poco alineadas con las necesidades del sector. A pesar de ello, las agencias de promoción de exportaciones cumplen un rol clave en el apoyo a la internacionalización, particularmente facilitando la participación en eventos internacionales y el acceso a redes globales.

Frente a este diagnóstico, proponemos una hoja de ruta que combina talento, financiamiento e internacionalización para consolidar la posición de América Latina en la economía global de los videojuegos.

La disponibilidad de capital humano es esencial. Se requiere ampliar y adecuar la oferta educativa, fomentar habilidades blandas y técnicas, mejorar el nivel de inglés y atraer talento del exterior.

El acceso a financiamiento es imprescindible para el crecimiento. Se necesitan mecanismos adaptados al sector, incluyendo apoyo para capital de trabajo, capital de riesgo y financiamiento público coherente y específico.

La formalización de los estudios es fundamental para alcanzar una mayor escala, como también lo es el fortalecimiento del tejido empresarial. En algunos casos, como Brasil, Argentina y Uruguay, los ecosistemas nacionales se encuentran muy bien organizados. En otros países, en cambio, aún se requiere una mayor consolidación.

La internacionalización temprana de las empresas es clave. Para eso, se requiere fortalecer la participación en eventos globales, ampliar los vínculos comerciales y promover la presencia en mercados dinámicos y menos explorados por la región como Asia.

Un mayor desarrollo de la industria de videojuegos en la región requiere una visión integral: si no se abordan simultáneamente los factores críticos (talento, financiamiento, tecnología, marco regulatorio y ecosistema), los resultados serán limitados. Estas acciones requieren una articulación activa que conecte a los gobiernos, las asociaciones empresariales, los estudios y las universidades.

En síntesis, si América Latina logra articular su talento creativo con políticas adecuadas e inversión estratégica, puede pasar de ser un jugador emergente a un protagonista en la próxima generación del entretenimiento digital.

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